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Apuntes/ Sociedad

DOCENTES UNIVERSITARIOS Y SUS DESAFIOS

Autor
Ing. Francisco Guerrero Castro
fco.guerrero@codetel.net.do 

Indice

Las llamadas olas del cambio según Alvin y Heidi Toffler.
Los elementos de la problemática mundial.
Educación permanente como reto para el siglo XXI.
Las ideas de Alvaro Recio Trahtemberg y Eduardo Doryan.
El aprendizaje según Inés Aguerrondo en el siglo XXI.

El reto del profesor universitario frente a las nuevas tecnologías.

 

 

 

 

 

En desafíos del docente universitario en la educación del siglo XXI, nos presenta una radiografía que caracteriza este siglo a partir de cinco revoluciones que afectan profundamente la historia y el quehacer de la especie humana: La revolución científica, la revolución económica, la revolución política, la revolución de la crisis Estado-Nación y la revolución de la información y de las comunicaciones.

A partir de este marco de revoluciones, nos presenta la tesis de cómo el docente universitario debe enfrentar estos desafíos, en la que se mezclan diferentes factores como: el desarrollo humano sustentable, la igualdad de género, el carácter central del desarrollo social en los esfuerzos a promover el avance de los pueblos, y la cultura de paz que auspicia la UNESCO.

Las llamadas olas del cambio según Alvin y Heidi Toffler.

Cronología de las tres olas

El primer período se conoce con el nombre de Era Agrícola y Civilización. En nuestro curso de alfabetización usaremos también el nombre que los Toffler le han dado: ‘Primera Ola’

El segundo período se conoce, entre otros, con los nombres de Modernidad, Revolución Científica, Revolución Industrial o Era Industrial. Los Toffler lo llaman ‘Segunda Ola’.

Para el tercer período hay muchos desacuerdos con relación al nombre apropiado. Se le ha llamado: Posmodernidad, Posindustrialismo, Superindustrialismo, Siglo XXI, Futuro, Era de las comunicaciones, Era de la electrónica, Segunda Revolución Industrial, etcétera, línea de pensamiento o escuela. Los Toffler lo llaman ‘Tercera Ola’.

La fuerza, el dinero y el conocimiento constituyen para cada ola el factor dominante en la conformación de la estructura de poder. La tercera ola supone el desarrollo tecnocientífico, con fuerte incidencia de la electricidad, como motor de la nueva sociedad y configurador de un nuevo ambiente o una nueva forma de interacción entre los componentes de la sociedad y sus productos.

Una nueva civilización está surgiendo; que la especie humana ha experimentado hasta ahora dos grandes olas de cambio: la primera, la revolución agrícola, que invirtió en su desarrollo miles de años, y la segunda ola, el auge de la revolución industrial, con sólo trescientos años

La tercera ola trae consigo un estilo de vida auténticamente nuevo, basado sobre fuentes diversificadas y renovables de energía, métodos de producción que dejan anticuada a la mayoría de las cadenas fabriles de montaje, nuevas familias no nucleares, una nueva institución que cabría denominar "el hogar electrónico" y las escuelas y las empresas del futuro radicalmente modificadas. La civilización naciente nos impone un nuevo código de conducta y nos más allá de la producción en serie, la sincronización y la centralización, más allá de la concentración de energía, dinero y poder. En referencia a la realidad latinoamericana se entiende que estas revoluciones mencionadas por Toffler no se han producido de la misma manera y forma que en las sociedades desarrolladas. La tercera ola, en la que ya estamos inmersos, trae un estilo de vida auténticamente nuevo. Esta civilización de la tercera ola está basada en nuevos métodos de crear y explotar conocimientos, cuenta con fuentes diversificadas y renovables de energía y con sistemas de producción que dejan anticuadas a la mayoría de las cadenas fabriles de montaje. Se desmasifican los productos y se segmentan los mercados. La complejidad del sistema requiere un intercambio cada vez mayor de información, y esto crea una necesidad voraz de computadoras, redes de comunicación digitales y nuevos medios de información.

 

 

 

Los elementos de la problemática mundial.

Economía –Desarrollo. Existe desigualdad. La polarización económica mundial es común a nosotros. Sólo el 20 % del PIB mundial pertenece a los países pobres. En este nuevo mundo económico se presenta de manera abrumadora el fenómeno de la globalización, impulsado por las nuevas tecnologías de información y comunicación y por la eficiente modernización del transporte. La gente de todas partes se está conectando y es afectada por acontecimientos en remotos rincones del planeta. Esta globalización abre a la vida de la gente, a la cultura, a las corrientes de ideas y conocimientos, pero estas corrientes son desequilibradas, cargadas en un solo sentido: de los países ricos a los países pobres.

Aquí bien podría entrar la tercera ola en la realidad dominicana. La tercera ola está basada en nuevos métodos de crear y explotar conocimientos, cuenta con fuentes diversificadas y renovables de energía y con sistemas de producción que dejan anticuadas a la mayoría de las cadenas fabriles de montaje, lo que nos perjudica a nosotros. Se desmasifican los productos y se segmentan los mercados. La complejidad del sistema requiere un intercambio cada vez mayor de información, y esto crea una necesidad voraz de computadoras, redes de comunicación digitales y nuevos medios de información.

En referencia a la realidad dominicana se entiende que estas revoluciones mencionadas por Toffler no se han producido de la misma manera y forma que en las sociedades desarrolladas. El caso es que en nuestras comunidades, como ya lo mencionara, convivan simultáneamente factores de cada período. De esta manera, campesinos con economías de subsistencia acceden al receptor de radio y en algunos casos al televisor. En algunas ciudades de la región, la telefonía digital fija y móvil, el cable, las redes telemáticas y la transferencia digital, se presentan sin haberse desarrollado una economía de la manufactura en escala, sino en una renta provincial sustentada en la producción agrícola y en regalías de extracción hidrocarburíferas, productos que a través de oleoductos y gasoductos son transportados a otras regiones del país para su procesamiento. Muchos países perciben ahora el impacto simultáneo de dos e incluso tres olas de cambio completamente distintas, de velocidades diversas y con diferentes grados de fuerza tras sí.

En el orden Político-económico. Los problemas actuales de la sociedad, entre los que debemos señalar la globalización, desintegración, desempleo, pobreza, marginación, violencia, guerras, degradación, endeudamiento, exclusión, discriminación, explotación, persecución, hambruna, analfabetismo, intolerancia, degradación del medio ambiente y la polarización del conocimiento afectan grandemente su desarrollo.

 

 

 

Papel y conceptualización de educación permanente como reto para el siglo XXI.

La educación está llamada a jugar un papel importante, pero esto debe verse como una condición necesaria pero no suficiente, el cual estará en dependencia del papel e importancia que la sociedad, el estado y los gobiernos le otorguen a los cambios y transformaciones que son necesarias en el ámbito educativo para elevar la calidad, así como en la ejecución de planes que favorezcan la producción y aumento de empleo. Es de vital importancia la diferencia en los índices de desarrollo humano en los diferentes países, por lo que significa y repercute para la enseñanza superior, de lo que se desprende la necesidad de lograr balances teniendo en cuenta la cooperación entre los diferentes países.

La idea fundamental es que las instituciones de educación superior deberán transformarse en verdaderos centros de educación permanente. Asumir este reto implicará para ellas toda una serie de transformaciones en su organización y métodos de trabajo. Pero, al actuar como centros de formación y actualización permanente del saber, la educación superior habrá colocado a la persona humana como núcleo de sus preocupaciones y justificación de su quehacer, lo que equivale a decir que un nuevo humanismo encontrará su albergue en la antigua academia. Ciertamente un humanismo científico y postindustrial, si se quiere, pero en esencia el mismo que conduje a la aparición de las primeras universidades en la Baja Edad Media Europea.

Se les plantea la así necesidad de constituir una verdadera comunidad nacional de educación superior que contribuya al principio de la educación permanente posibilitando la realización personal, la formación posterior a la educación básica y secundaria y el propio fortalecimiento de los países. Al hacerlo, "la educación superior habrá colocado a la persona humana como núcleo de sus preocupaciones y justificación de su quehacer, lo que equivale a decir que un nuevo humanismo encontrará albergue en la antigua academia". (Cit. Carlos Tunnermann)

Por otra parte, la educación superior para el siglo XXI debe asumir el cambio y el futuro como consubstanciales de su ser y quehacer. El cambio exige de las instituciones de educación superior una predisposición a la reforma constante de sus estructuras y métodos de trabajo. Esto implica asumir la flexibilidad como norma de trabajo, en lugar de la rigidez y el apego a tradiciones inmutables. A su vez, la instalación en el futuro y la incorporación de la visión prospectiva en su labor, hará que la educación superior contribuya a la elaboración de los proyectos futuros de sociedad, inspirados en la solidaridad, en la superación de las desigualdades y en el respeto al ambiente.

La agenda de Compromiso "Libertad creadora y desarrollo humano en una cultura de paz", aprobada por aclamación en la (Reunión Internacional de Reflexión sobre los nuevos roles de la Educación Superior), convocada por la UNESCO (Caracas, mayo de 1991) reconoció como el mayor reto de la educación superior en los próximos años su contribución a "la construcción y redefinición de un nuevo pensamiento capaz de identificar los términos de un proyecto social compatible con las exigencias que derivando la necesidad de superar las marcadas desigualdades sociales, integrando a los pueblos como actores de su propia legitimidad".

¿Cuál es, entonces la Universidad que necesitamos y, por extensión la educación superior que requerimos de cara al siglo XXI? Lo que necesitamos, nos dice el Director General Mayor, es una universidad que sea un centro de educación permanente para la actualización y el reentrenamiento; una universidad con sólidas disciplinas fundamentales, pero también con una amplia diversificación de programas y estudios, diplomas intermedios y puentes entre los cursos y las asignaturas de suerte que nadie se sienta atrapado y frustrado por sus escogencias previas. El propósito deberá ser que los estudiantes salgan de la universidad portando no sólo sus diplomas de graduación pero también conocimiento, conocimiento relevante para vivir en sociedad, junto con las destrezas para aplicarlo y adaptarlo a un mundo en constante cambio "Los conocimientos han sido, son y serán, concluye el Director General de la UNESCO, fruto de la búsqueda libre de la prospección sin límites, de la imaginación sin fronteras"... "La Universidad debe bajar a la arena de este mundo sobrecogido y turbado y decir que todavía estamos a tiempo de mudar la tribulación actual en esperanza".

Por las anteriores razones y frente a los cambios que están ocurriendo, la UNESCO resume así el triple desafío de la Universidad de cara al siglo XXI:

Su modernización, tanto estructural como curricular.

La adaptación de la enseñanza a las exigencias de las sociedades latinoamericanas, asumiendo nuevas concepciones del aprendizaje y la necesidad de estrategias prioritarias para los estratos de población más carente.

El apoyo al desarrollo de un sistema que ofrezca educación a lo largo de toda la vida, teniendo un rol más protagónico y activo en la retroalimentación y la transformación del conjunto del sistema educativo para mejorar su actual calidad y equidad.

Partiendo del principio del compromiso de la Universidad con la educación permanente, la Universidad que visualizamos tendría las características siguientes:

Sería una Universidad que mantenga estrechas relaciones de coordinación con el Estado, la sociedad civil organizada y el sector productivo; que forme parte un Proyecto Nacional de Desarrollo Humano y Sostenible y que contribuya, mediante su vocación prospectiva, a configurar los proyectos de sociedad futura, a nivel nacional y regional.

Una Universidad que haga realidad la definición de ser el lugar donde la sociedad permite el florecimiento de la más clara conciencia de la época, organizándose, como una auténtica comunidad crítica de estudiantes y profesores.

Una institución forjadora de ciudadanos conscientes y responsables, de profesionales, investigadores. y técnicos formados interdísciplinariamente, dotados de una cultura humanística y científica, capaces de seguirse formando por sí mismos, de adaptar sus conocimientos a las transformaciones y de localizar la información pertinente, evaluarla críticamente, juzgar y tomar decisiones.

Un centro donde se contribuya a conservar, defender, acrecentar y difundir los valores culturales propios, fortaleciendo así la cultura e identidad nacionales, y se promuevan la "cultura de la paz" y la "cultura ecológica".

Una Universidad donde docencia, investigación y extensión se integren en un solo gran quehacer universitario, enriqueciéndose mutuamente, y se apliquen, a la búsqueda de soluciones para los problemas de la sociedad y la nación.

Una Universidad consciente de la globalización del conocimiento y por lo mismo integrada a las grandes redes telemáticas académicas y científicas, y que participe activamente en el mundo universitario internacional y regional. Una Universidad que acepte la evaluación por sus pares y que practique la autoevaluación sistemática de todas sus actividades. Además, que consciente de su responsabilidad social, sin menoscabo de su autonomía, reconozca que está sujeta a la evaluación por la sociedad de la eficiencia y eficacia de su desempeño.

Una Universidad que sepa emplear todos los recursos de la moderna tecnología educativa, sin permitir que la máquina reemplace al profesor, salvo aquel, que según Skinner, merezca ser reemplazado por ella.

Una Universidad, que diversifique su población estudiantil y su oferta de carreras, incorporando también carreras de nivel superior prestigiadas por su identidad académica y por su posibilidad de permitir el paso a las carreras de larga duración; que introduzca institucionalmente la educación a distancia. Una Universidad inserta en la totalidad del sistema educativo, del cual debe ser "cabeza" y no simple "corona" preocupada por los niveles que le preceden, a los cuales debe aportar propuestas para su mejoramiento cualitativo y planeamiento.

Una Universidad incorporada plenamente en el subsistema de educación postsecundaria, que debería comprender las universidades y todas las demás instituciones de rango superior o no universitario, articuladas entre sí, de suerte que se ofrezca a los jóvenes y adultos una rica y variada gama de oportunidades educativas, todas las cuales deberían permitir la incorporación temprana al mundo laboral y, a la vez, la posible continuación de los estudios hasta los más altos niveles de formación académica.

Una Universidad edificada sobre la base de estructuras académicas y administrativas flexibles, que propicie la reintegración del conocimiento y el trabajo interdisciplinario y transdiciplinario.

 

 

 

Las ideas de Alvaro Recio Trahtemberg y Eduardo Doryan

Pperfil y competencias del profesor universitario para el siglo XXI.

Trahtemberg precisa que lo sprofesores trabajen mas duro para alentar interacciones sustantivas entre los participantes del proceso educativo. Que se trabaje en equipo. Los educadores deben ser facilitadores de la enseñanza y trabajar con las dimensiones efectivas de ella las cuales se pueden pasar por alto en el momento en que se sobreestima el valor de la informática de la educación. El educador debe ser diseñador de métodos de aprendizaje.

Eduardo Doryan estima que los sistemas educativos deben evolucionar rápida y permanentemente para que a través de la formación de un mejor ser humano las sociedades encuentren las respuestas a los desafíos que presentan.

Aprender continuamente.

El aprendizaje se ha convertido en un reto y no solamente ocurre en la esucela o en la universidad.

Es un esfuerzo continuo

Tiene que existir colaboración

Se debe de ser competente y tener iniciativa

Se debe tener conciencia del papel que cada uno desepeña.

 

 

 

El aprendizaje según Inés Aguerrondo en el siglo XXI

Se definiría como una educación que permite que todo el mundo pueda participar de la sociedad, es decir, participar haciendo cosas, revisando su proyecto de vida, y pudiendo decir sobre sí mismo, pudiendo aprovechar al máximo las posibilidades que tenga. Todo esto es una cuestión por un lado de valores, por otro lado un tema de actitudes y capacidades, y ambas enmarcando un problema de conocimiento. El proceso de aprendizaje debe estar orientado por el maestro en colaboración con el estudiante.

Dejar que el estudiante trabaje por su cuenta y que se le den materiales para que resuelvan juntos problemas con consignas claras y que se organizen ellos mismos con ayuda del profesor. Se puede trabajar con el mismo sistema que tenemos pero variando el modelo, así el docente gana tiempo para tender las necesidades distintas de los alumnos. A los docentes les resulta mucho más gratificante porque los alumnos se sienten mejor, colaboran más con el maestro y éste se siente que tiene más sentido. Además de eso se logra algo que la vieja escuela tenía y es que el alumno aprenda pero que también, al mismo tiempo de aprender, forme actitudes, respete valores de los otros, aprenda las cosas de uso cotidiano y desarrolle modos para poder manejarse de una manera distinta frente a los demás y en la vida. En otras palabras, es más rico el modelo de enseñanza que se le deja porque no es sólo el conocimiento o el repetir la tabla de multiplicar, sino construirlo por sí mismo y hacerse cargo de su propio proceso de aprendizaje, orientado por el maestro

 

 

 

El reto del profesor universitario frente a las nuevas tecnologías.

¿Cuáles elementos representan grandes cambios en la estructura y funcionamiento de la universidad contemporánea ?

Suponer que el estudiante que será un futuro profesional puede aprender al principio de sus estudios y en el nivel de licenciatura todo lo que el va a necesitar en su vida activa.

La importancia de este desarrollo profesional surge, entre otros factores, de la necesidad de mejorar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje y de la docencia de los profesores universitarios. Esto está motivado, fundamentalmente, por los cambios sociales constantes que exigen el desarrollo de unos planes de estudio actualizados y flexibles.

En un intento de compendiar los retos más importantes expuestos hasta ahora y que definen el desarrollo profesional, podemos decir que el desarrollo profesional:

Es un proceso continuo que se desarrolla durante toda la vida profesional y no se puede entender como actividades aisladas ineficaces.

Debe estar basado en la mejora profesional, apoyándose en las necesidades prácticas que tienen los docentes.

Se desarrolla mediante la participación tanto en el diseño de la innovación como en la toma de decisiones para el trabajo profesional.

Es un proceso de construcción profesional que a través de los descubrimientos de soluciones sobre la problemática de la enseñanza, el docente va desarrollando destrezas cognitivas y metacognitivas que le permiten la valoración de su trabajo profesional.

Los docentes universitarios se debería guiar a través de las siguientes orientaciones:

Orientación profesional. Se centra en la capacitación para todas las funciones del docente universitario.

Orientación personal. Se basa en el cambio de actitudes individuales y de la conducta personal del docente para mejorar el aprendizaje de los alumnos a través de la mejora de la enseñanza.

Orientación colaborativa. La capacitación didáctica del profesor se llevaría a cabo mediante el intercambio de experiencias y la información y participación en proyectos de innovación educativa.

Orientación reformadora. Su propósito es utilizar los programas de desarrollo profesional como estrategia para motivar a los profesores universitarios hacia la mejora de la práctica educativa.

Los elementos que representan los cambios en la estructura y funcionamiento de la universidad vienen dados por el proceso instruccional, es mas importante aprender que enseñar. Se ha comprobado que no existe una sola inteligencia. El aprendizaje activo intenta lograr un aprendizaje profundo llevando al aprendizaje dinámico. Las exigencias sobre las universidades superan la capacidad de respuesta, la financiación pública se recorta y está cada vez más sujeta a los resultados, el conocimiento excede a los recursos y se crea una gran sobrecarga de demanda. Ante esta ineficiencia institucional la mayor parte de las universidades adoptan una respuesta adaptativa al entorno, pero hay algunas universidades que durante la década de los noventa experimentan un cambio organizacional más amplio. Se trata de instituciones que desarrollan una respuesta emprendedora. 


 

 

 

 

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